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UTMB 2013 Cronica


La más esperada y ansiada crónica.

Yosu ha facilitado todo para que much@s disfruten de este gran reto que supone asistir a la prueba de montaña más emblemática del mundo.

GRACIAS YOSU!



Te recordamos que YA están publicadas las fotos de la Ultra Trail Du Mont Blanc en 42195.es/fotos y que YA puedes solicitar las tuyas en alta calidad en el tema abierto en 42195.es/foro con el nombre Fotos Ultra Trail Du Mont Blanc

El trabajo que cuesta conseguir algunas cosas y muchas veces no nos damos cuenta de los resultados.

La Ultra trail del Mont Blanc 168km y 19000 metros de desnivel, ha sido el reto más difícil que nunca me había planteado, pero ha salido bien y estoy muy orgulloso de ello.

Con muchos meses de antelación y ya sabiendo que tenia dorsal para esta gran carrera por montaña, comenzaba la preparación física y metal mas dura que jamás haya imaginado. 

Han sido muchos kilómetros en solitario, acompañado, con lluvia, nieve, frió y calor. Bueno nada diferente a lo que han tenido que sufrir otros muchos participantes de esta carrera.

Pero eso ya paso y me gustaría centrarme en el día, o los días de la carrera, porque fueron nada más y nada menos que 44 horas sin parar. 

Acertamos al coger unos días de vacaciones y plantarnos en el corazón de los alpes, en el francés pueblo de Chamonix con la intención de no hacer nada.

Así fue. No hice nada, nada de nada, por no hacer no hice ni la comida porque me acompañaron mis dos chicas que me mimaron hasta el ultimo minuto.

Algún paseo por el pueblo, empapándonos del gran ambiente montañero y del ambiente de estos días centrado en la UTMB.

Descanse mucho y muy bien, pero dos días antes de la carrera recibí una llamada de mi hermano, diciéndome que mi padre estaba ingresado con un problema de corazón. 

La cabeza empieza a dar vueltas y a pensar demasiado, pero el gran ambiente, la compañía y las tremendas ganas de vivir esta aventura, y saber que mi padre seguro que estaría conmigo durante todas estas horas, me ayudo a seguir concentrado, relajado y pensando en la meta de Chamonix.

Sin darnos casi cuenta, llega el día 30 de agosto a las 3:30 y nos juntamos todos los componentes de 42195.es y muchos más, cerca del arco de salida. Cuantas emociones, nervios y tensión.

-¿Tu que llevas para la noche?, y ¿comida?, ¿hará frío en las cimas?, yo creo que llegaremos ¿verdad?-

Infinidad de preguntas sin respuesta, o con una sola respuesta. – No se tío-. Todos estábamos ante algo nuevo, diferente. Muchos kilómetros, mucho desnivel y en los alpes donde la climatología puede cambiar de bueno a malo en pocos minutos, y a malísimo en poco mas.

Comienza a sonar la música y allí termina todo, o más bien, es cuando empieza. 

Yo me he emocionado en muchas carreras. Recuerdo la maratón Zegama Aizkorri con los pelos de punta, pero en esta llore como un tonto. Habían sido muchos meses para llegar a ese momento, escuchar esa música y estar entre toda esa cantidad de portentos.

La salida por las calles de Chamonix no la recuerdo muy bien. Solo pensaba en no comenzar demasiado fuerte y despues pagarlo.

Todo fue según lo planeado, aunque en realidad… no había planeado nada. 

Dos días antes había mirado el recorrido con algo de detenimiento, tampoco demasiado. Me había fijado en los tiempos de corte de los controles de paso, pero no sabia ni cuantos montes subíamos, ni los desniveles, ni los kilómetros entre avituallamientos, nada de nada. No se si es que soy un desastre, o que me gusta encontrarme las cosas sobre la marcha.

Así como otros se lo sabían de memoria e incluso llevaban la chuleta con los tiempos, ritmos etc, yo había salido a disfrutar del monte.

Decidí no llevar ni GPS ni reloj para no agobiarme con el tiempo. En algún momento incluso llegue a pensar que si no llegaba a los tiempos de corte, era porque no me merecía estar allí, así que me lo tome con filosofía. 

Viendo como marchaban mis compañeros, enseguida me di cuenta que sin ninguna duda, yo era el más débil y el peor del grupo, así que era momento de jugar mis propias cartas.

Todos decíamos lo importante de no pasar la segunda noche solo porque puede hacerse tremendamente duro, pero mi mente se fue preparando para estar solo muchas horas. 

Así fue. Aunque no solo del todo porque coincidíamos en algunos avituallamientos, el tiempo fue pasando y mi carrera me estaba gustando como marchaba.

No puedo negar que en los primeros kilómetros y sobre todo en algún momento, no lo pase bien del todo con algún problema estomacal y ganas de vomitar, pero fue algo temporal.

Disfrute. Si, disfrute de todo el recorrido. Y lo digo bien claro ahora, porque en otras carreras e incluso entrenamientos, me ha quedado el sentimiento de sufrimiento, cosa que en esta, sorprendentemente no me paso.

Pude correr, parar en algún momento. No demasiado porque andaba justo con el tiempo, pero tampoco me agobie. Las subidas las hice a un muy buen ritmo. Adelantando gente que despues en las bajadas casi seguro me pasaban, pero me gusta subir y se me da bien. Pare a hablar con la gente, acompañe en algún momento a otros corredores que no marchaban tan bien, y pude observar el fantástico paisaje.

 

Algún rato de la segunda noche fue mágico. Yo solo sin nadie por delante y nadie por detrás en medio de los alpes, con mi frontal, mis pensamientos, mi locura. Que guay, era lo que buscaba.

Pude acordarme de muchas cosas, muchas personas. Amigos, familiares, compañeros que por un motivo u otro no estaban en esta aventura con nosotros. 

También me emocione y llore. ¿Porque no? Pensé en el corazón de mi padre que igual estaba resentido por que yo estaba donde estaba. Ya se dice “los hijos solo damos disgustos a los padres” es curioso, cuando mi corazón mas lleno y fuerte se sentía, el de el pasaba por apuros. Igual todo tiene un sentido y significado que no quiero entrar a valorar, pero si es cierto que pase muchos minutos pensando en esto, corriendo, y luchando por mantener esos dos corazones fuertes.

Pude ver la diferencia cultural entre corredores. Intento observar todo, o por lo menos hasta donde llego.

La arrogancia de los Franceses que poco a poco y según pasan los kilómetros, la iban guardando en sus mochilas cada vez mas pesadas. El desparpajo de los Italianos, duros, rudos y fuertes. Los llamativos, escandalosos y habladores españoles que no callamos ni en las peores condiciones, y la tremenda humildad de los japoneses que poquito a poquito, sin hacer ruido, sin hablar, sin molestar y sin expresar nada, avanzaban como si no estuvieran. 

Una anécdota curiosa en los últimos kilómetros de carrera, ya dentro de Chamonix, cuando pase a dos japoneses con los que había compartido muchos kilómetros sin dirigirnos la palabra ni mirarnos. Viendo la tremenda alegría que llevaban al verse ya en la meta, se me ocurrió volverme para felicitarles, y a poco se me ponen a llorar (como yo claro), encogiéndose con sus reverencias, bajando la cabeza en señal de saludo y gimiendo un ruidito supongo que de admiración y agradecimiento también. Cuanto me hubiera gustado parar, y darles un achuchón, un abrazo e incluso un par de besos. Estas cosas se tienen que expresar, se tiene que sentir el abrazo del compañero y dejarse de reverencias y cumplidos.

Desde ese momento y hasta entrar en meta, fueron momentos muy difíciles de contar.

Ver a mi gran amigo Pablo con el que hubiera entrado de la mano aunque hubiera sido a gatas y que no pudo ser porque inteligentemente, lo dejo pocos kilómetros antes, me hizo dar un vuelco al corazón. Kontxi y Aiyana junto a Alberto por el que hubiera dado cualquier cosa por entrar juntos en Chamonix, pero su superioridad física le hace estar a un nivel para mi estratosférico, y correr los últimos 500 metros de la mano de mi emocionada hija Aiyana, sintiéndonos los dos como verdaderos héroes, no tiene precio, ni se puede escribir, solo se siente, y se lo guarda cada uno en su interior.

 

El reencuentro con los demás amigos, todos ellos grandes corredores y personas, Mikel el fotógrafo que seguro nos dejara sus mejores fotos como el mejor recuerdo, y de nuevo la imagen del Mont Blanc, al que 44 horas antes habíamos encomendado nuestro sueño, esta vez cumplido.

Pero algo que me impulso y me ayudo a ser finisher de esta prueba, era la ilusión de hacer algo que tenia muy pensado desde hacia mucho tiempo. 

Cuando uno termina una carrera de estas, es premiado por una prenda finisher, muy apreciada y valorada por todos los participantes.

Yo esa ansiada prenda, se la cedí a la persona que más ha aguantado, la que mas ha sufrido conmigo, la que más me ha apoyado, la que me obligo a seguir cuando semanas antes yo no me veía capacitado para participar en esta dura carrera por montaña. La que me obligaba en los calurosos días de agosto a salir a entrenar. Mi gran inspiración y la persona de la que he aprendido que con la fuerza mental es inimaginable donde se puede llegar.

El amor de mi vida

Sin duda ella mas que nadie se merece vestir esa prenda Finisher porque se lo ha ganado a pulso.

Esto demuestra una vez mas que no solo sufrimos nosotros ni nos emocionamos nosotros, y sobre todo, NUNCA LLEGAMOS A META SOLOS.

Todo esto ha sido muy grande para mí, quizás demasiado. Mi corazón ha sufrido más despues de la carrera que durante estos dos días y dos noches. Las emociones han sido seguidas con los comentarios, felicitaciones y palabras de admiración de personas a las que yo admiro.

Que grande es eso, que alguien al que tú admires, te recompense con unas palabras de elogio.

Siempre digo que soy una persona normal, del montón tirando a mediocre. Que me gusta sentirme bien y que todo el que este a mí alrededor se sienta igual. Los años me van pasando y cada día veo que tengo mas cosas por hacer, más montañas por subir, más proyectos bonitos, fáciles, difíciles, de todo. Cada día me encuentro con mejores personas y con personas que me aportan todo. Poco a poco lleno huecos que en algún momento se han ido quedando vacíos. Aprendo a cada segundo, de cada situación, de cada comentario y como muchas veces digo, me siento vivo.

Pero una de las cosas que mas vivo me hace estar, despues de estar en la montaña con buena gente, es sentarme delante del ordenado y soltar todo jajaja. 

Así de simple y de compleja ha sido esta UTMB 2013 para mí.

¿Habrá más? Quien sabe…

Yo seguiré aquí e intentare contároslo.

Puedes leer las crónicas del resto de compañeros, impresiones, consejos recomendaciones, felicitaciones, etc en el tema UTMB 2013 Preguntas y respuestas



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